¡¡SAN FRANCISCO BAJA DEL CIELO¡¡
Hay días paradójicos, hoy es san Francisco
y siento que los animales están más desvalidos que nunca. La humanidad cuenta
con tal cantidad de elementos electrónicos y mecánicos que resulta muy fácil
apresar animales y esclavizarlos hasta que mueren.
Las necesidades de alimentación justifican
la reunión de animales en granjas, o cualquier otro modo y sitio digno de criar
animales de consumo humano. Lo que haría bajar del cielo al mismísimo San
Francisco, son los métodos y prácticas sádicas que utiliza el hombre para
divertirse.
Llamar deporte al hecho de tener un animal
salvaje atado a una percha de aves, para ir a cazar, resulta infame. Por cierto,
cerca de donde vivo observo todas las mañanas que hay un ave rapaz, atada en
una percha y que siempre está en la misma posición. Cuando siente que alguien
pasa por la calle, pía como si estuviese pidiendo ayuda. Algunas personas saben
que poseer animales protegidos por acuerdos internacionales, es muy difícil
que ocurra, y casi se limitan a organizaciones estatales que garantizan
la correcta cría, cuidado y buen trato del animal.
La jaula improvisada no cuenta con las
condiciones mínimas para albergar a un ave rapaz de gran belleza, expuesta a la
intemperie día y noche, sin un lugar donde protegerse de la lluvia o del sol. Además
se encuentra en una urbanización cercana a centros de educación infantil .Los
responsables de seguridad lo saben pero no quieren problemas, las fuerzas de
seguridad del Estado también, pero no deben saber que San Francisco protege a los
animales. Me quedaría sin tinta de escribir todas las barbaridades que se hacen
con los animales y, nadie muestra un poco de misericordia con seres creados por
Dios para nuestra satisfacción.
Deben ser los tiempos modernos, el todo
vale y mientras no me pillen...
Además:¿ a quién le importa un pájaro? Yo
os lo diré...
Hay personas con sentimientos, emociones y
bondad, que por desgracia se ven desbordados por bárbaros sin escrúpulos, que
igual se ensañan con animales que abusan de niños o apalean ancianos. Todo
con tal de dar satisfacción al lado oscuro que huele a basura, de mentes
enfermas remendadas con hilos tejidos en ciénagas, que apestan la tierra por
donde pasan. Psicópatas ávidos de sangre gratuita, apostadores en peleas
clandestinas donde gana el animal más
violento. Ante tal panorama no nos queda más remedio que encomendarnos al Santo
y pedirle que, ya que en la Tierra no hay justicia, por lo menos él, que tiene
allí en el cielo, nos mande un poco, ¡que falta nos hace¡¡.
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