TIRA PALANTE: !QUE EMPUJAN ATRÁS¡
Tarro de Mayoressin |
El camino de la vida es incierto
todos vamos por él, aunque no llegamos al final de igual modo. En esa vereda encontramos lo necesario, aquello que el Creador puso para que la vida fuese posible: tierra, agua, aire
y fuego. Y para dominar esos tránsitos introdujo las personas.
Pensamos y dilucidamos, de
tal manera que, al reflexionar encontramos
que en nuestro sendero hay dos clases de personas: las personas medicinas y
las personas enfermedad.Es una división sencilla, pero es la que se me
ocurre más fácil, para explicar la compañía que nos hace avanzar, o que por el
contrario, nos atrapa en el fango de la negatividad.
Las personas-medicinas consiguen recuperarnos del cansancio de la travesía, de la rutina del día a día. Esos
amigos llaman la atención con su presencia, ofrecen palabras sanadoras que
quitan hierro al yunque que nos cae del
infinito. Son estos compañeros que alivian las penas del espíritu y las
necesidades del cuerpo. Nos ayudan a remediar lo irremediable, que es llegar a la meta con el atillo vacío pero el espíritu lleno: alegría de haber vivido y gratitud de haber podido contar con pasajeros de gran fortaleza que resultan indispensables
en el viaje.
La formación y orden que les gobierna, hace que su amistad, contribuya a concluir el camino felizmente.
La formación y orden que les gobierna, hace que su amistad, contribuya a concluir el camino felizmente.
A vera de la carretera entrada a Madrid una pintada bajo una infravivienda |
Las personas-enfermedad aparecen en cualquier momento, cuando menos lo esperamos, y además son cercanos a alguien que conocemos, y creemos que su destino está relacionado al nuestro.Nunca es
así. Nos arrastran y frenan en nuestra
misión vital.
Son esas figuras que, parece que
atraen la mala suerte, no son constantes en la ejecución de la rectitud. Los
resultados de las gestiones de sus cometidos son desastrosos, provocan
accidentes por la negligencia con resultados fatales.
Tarro/bote de Araceli |
Roban la gran riqueza que es el tiempo.
Estos sujetos producen un sufrimiento de difícil superación, no alivian al prójimo, sino que, trastornan la sociedad o los grupos
sociales en los que se mueven.
El daño que causan con sus
malos actos, consejos y pensamientos construyen un desequilibrio desproporcionado que resulta
un trastorno lamentable.
!Señores políticos¡: " pónganse las
pilas que el camino es largo", y decía el cantante:
” ¡tira pa lante que empujan atrás¡
“.
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