LA IMPORTANCIA DE LLAMARSE ERNESTO
La importancia de poseer un techo es mayor a la de llamarse Ernesto, porque tener la cabeza
protegida de todo aquello que puede venir por el aire cotidiano, es un
imprevisto.
Ernesto, es un nombre de varón de origen
germano, Ernst o Ernust, mismo origen que la palabra inglesa earnest en inglés que significa formal,
"serio" o "perseverante". Su forma femenina es Ernesta o
Ernestina.(Wikipedia).
Oscar Wilde hizo famosa la frase a través de su obra maestra
de título original : The importance of being Earnest.
Claro que, llamarse Ernesto y no
tener techo debe ser muy traumático, porque un nombre importante sin una
protección exterior de ese cuerpo que porta un nombre y quizá un apellido
también serio, pues creemos que parece un menosprecio.
Hoy, Sin ir más lejos, me he despertado muy temprano por el
ruido de la lluvia que me ha parecido como el batir de las alas de los Ángeles,
no creía lo que mis oídos escuchaban y me he levantado, pero ante la intensidad
de la lluvia me he puesto a escribir:¿ acaso hay que prepararse para el
diluvio?, o ¿ quizá solo sea una broma
del Otoño? . Esta incertidumbre solo el tiempo lo revelará.
He guasapeado a mi hermana, para decirle que, en el fondo del armario he encontrado unas
aletas de natación, por si las
necesitaba, a lo que me ha contestado que no, que estaba esperando al bus que
llevaba media hora de tardanza, que
puede que vinieran remando y por eso el retraso, así que ya saben, yo de
momento estoy preparada para lo que venga…
Espero seriamente que, la
filantropía de tanta asociación, fundación, ongg, orgg, ordenes de…, etc.,
etc.,… no se olviden que aunque haya personas que tienen nombre y apellidos
importantes, quizá la mala suerte de la vida y alguna enfermedad, han llaveado
a la calle a personas que estaban
integradas socialmente y que ahora, vaya usted a saber por qué razón, se
encuentran en la marginalidad. Los sin-techo Son los excluidos del bien-estar
social, del progreso, de la buena salud
y de tantas cosas que disfrutamos sin darnos cuenta de que después de
la sequía viene la lluvia, que es mejor que el incendio, y después de la calma
la tormenta, y así…, no paramos de
contar.
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