REINICIAR LA VIDA








Dejamos el mes de enero y pasamos al siguiente, que este  año viene cargado festejos y conmemoraciones. Algo que no esperábamos con el cambio climático, es este frío que llena la sierra de nieve, aunque: 
"AÑO DE NIEVES, AÑO DE BIENES".


Una parte del mundo se congela, la otra se asa. Es como la vida (social) misma .Los católicos que hayan seguido hoy la Homilía de este domingo-11/02/2018, día de Nª Sª De Lourdes-, y por casualidad hayan escuchado a Monseñor Osoro, sabrán que hay 815 millones de personas que pasan hambre en el mundo, en pleno siglo XXI. Pero no hemos contabilizado los que sufren exceso de peso y necesitan hacer dietas para regular la salud y no matarse de empacho. El refranero español guarda sabiduría popular que siempre nos viene bien recordar:



"DE GRANDES CENAS ESTÁN LAS SEPULTURAS LLENAS",
 "Y DE NO CENAR,  SE ACABARON DE LLENAR"

“El carnaval es una celebración que tiene lugar inmediatamente antes de la cuaresma cristiana (que se inicia con el Miércoles de Ceniza), y que tiene fecha variable (entre febrero y marzo según el año). Tradicionalmente comienza un jueves (jueves lardero) y acaba el martes siguiente (martes de carnaval). El carnaval combina elementos tales como disfraces, grupos que cantan coplas, desfiles y fiestas en la calle. A pesar de las diferencias que su celebración presenta en el mundo, su característica común es la de ser un período de permisividad y cierto descontrol. En sus inicios, probablemente con un cierto sentido del pudor propio de la religión, el Carnaval era un desfile en que los participantes vestían disfraces y usaban máscaras. Sin embargo, la costumbre fue transformando la celebración hasta su forma actual”. (Wikipedia)



El miércoles de ceniza, este año, coincide con el día de SAN VALENTÍN. Comienza la Cuaresma, este periodo de tiempo, en otras épocas, era de ayuno y abstinencia. Hoy en día las costumbres se han relajado y no hay tanta rigidez en la tradición.

EL AMOR PUEDE ESPERAR, LA NECESIDAD NO

Recuerden los que están sobrados de peso que una vida sana  se inicia  comiendo la mitad, caminando el doble y meditando el triple. Aprovechemos todos esta temporada para cumplir los propósitos del UNO DE ENERO: ir al gimnasio, adelgazar, acudir a algún curso, seminario, etc., para así llegar a Semana Santa y poder estrenar el Domingo de Ramos,  esa chaqueta primaveral que hemos comprado en las rebajas del outlet,  y que,  después de los cuarenta días de dieta y ejercicio conseguiremos vestir en esbelto y  lindo cuerpo.

Nuestra espiritualidad se sentirá renovada al acabar la Semana Santa y después de  dieta, ejercicio, meditación: ESTAMOS PREPARADOS PARA REINICIAR.

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