CANDIDA:!TE NECESITO¡

 

Nuevamente, mi delicado cuerpo ha tocado el suelo violentamente, y esta vez, no he visto  donde hay un escalón, en un sitio impensable que hubiese un escalón.No crean mis seguidores que no me cuido por donde ando, no es así. Ocurre que para cuidar mi mente y tenerla sana, a veces, hay que pasar por sitios peligrosos.Y es lo que me ocurrió, al ir a un encuentro cultural "El Día de las escritoras".Y el caso es que mientras me levantaban del suelo oí decir a una señora muy culta: aquí se escoñan todas. Si hubiera podido hablar, y es que no podía, porque las palabras no me salían por la boca, les hubiera dicho: Si lo sé no vengo.

El dolor era insuperable, pero al parecer si podía superarlo, el caso que me hicieron en La Paz fue tremendo, una radiografía y el doctor, muy alto y con el pelo como si se hubiese puesto el mocho de la fregona en la cabeza, de color anaranjado, como mis gatos.

La radiografía no arrojó nada, presuntamente estaba bien,  solo tenía   el susto de la caída, me inyectaron un nolotil, y tras largas horas de espera, me dieron el alta. No tenía dinero para ir en taxi, así que le pegunté al medico si alguien me podría acercar, me dijo no pero... sí tiene 800 euros para la ambulancia? le llamamos una.

No tengo le dije, pues entonces llame a alguien que venga a buscarla, o arregleselas como pueda.Ante tal indiferencia del supuesto Doctor con pelucón, llamé a un familiar y por fín conseguí salir de ahí, ya era noche cerrada.

Al día siguiente comenzó mi perigrinación en busqueda de SANACIÓN, mi doctora de cabecera una autentica maravilla, me hizo una ecografía y me dijo que podía ser una fractura de vértebra, me envío al hospital  de referencia, y nuevamente esperar, y ya cuando se desocuparon me dieron nolotil y un analisis, y me dijeron que estaba bien.

El día volvió a amanecer para mi con mucho dolor, a pesar de tomar mi medicación, no podía ni estar sentada, ni de ninguna manera.Es cuando pedí a un familiar que me llevara al Hospital de referencia que era el más proximo, sobre las 15 horas llegué allí y me dieron una silla de ruedas. Entré, en primera ocasión, una media hora despues.La doctora sin bata blanca de doctor, me dijo que me sentara junto a la puerta de la consulta , a unos diez metros de ella. Entró en el ordenador para ver la radiografía y me dijo que me fuera a la sala de espera al fondo. Y allí estuve unas cinco horas debajo de la cámara de vigilancia, hasta las 21:00. Esta vez sin darme ni un calmante, ni radiograía ni nada. 

Mientras me retorcía  con el dolor de toda mi espalda, la cintura, y no sé cuantos órganos más, llegó Cándida, creo que me vió pero enseguida la llamaron por megafonía y no pude hablar con ella. Cuando Candi salía tampoco pudimos hablar porque yo estaba pidiendo las hojas de reclamación.Pero le dije adios en la distancia.

Intuyendo que no me iban a atender, a pesar de ser un día tranquiloo con respecto a las llegadas de pacientes, decidí preguntar en la recepción. Y nadie sabe nada y tengo que esperar. Así que, pedí a mi familiar que, me llevara a Madrid a un hospital decente.

 La Fundación Jimenez Diaz me atendió, ya  me había tratado en varias ocasiones por causa de la artrosis.

Al llegar no me pidieron documentos solo les dije que me había caído en La Biblioteca Nacional y  tenía mucho dolor , además  llevaba esperando cinco horas para que me atendiesen en Urgencias del Hospital Universitario Infanta Sofía, sin conseguirlo.

Me dieron dos nolotiles mientras esperaba para la radiografía, despues la doctora , una vez comprobaron que había fractura, me volvió a inyectar y me mando volver para el neurocirujano. 

!Para no cansaros¡: LLevo un corsé ortopédico con dos correas, y espero que en verano no tenga que seguir con él.   

                                     

La contestación del  Hospital fue sorprendente: "que no les he oído, que me han llamado", pero no sé que me han llamado, porque yo estaba allí y Cándida también, y mi familiar también,  solo les ha faltado decirme que la culpa de que no me atendieran la tengo yo por caerme y romperme un hueso.

Les he contestado y les he dicho que: Gracias a Dios no estoy sorda, etc, etc.

Estoy buscando la dirección del Defensor del Paciente y me han dicho que tengo que acudir a la directora de humanización, atención y seguridad del paciente y exponer mi caso.

Realmente creo que, los que necesitan más hablar con esta Señora son los Sanitarios.Yo no necesito más humanización, mientras que los Sanitarios nos dejan retorcernos de dolor y desesperación en las salas de espera de los hospitales. 

Araceli Torres Fernández




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